"UN GRUPITO QUE ES LA MONDA"


Los componentes de Los Amebas llevan décadas siendo fans de la música de todas las décadas prodigiosas habidas y por haber. Poseen una vasta cultura pop, pero también han sabido coger de aquí y de allá todo lo que les ha parecido atractivo tanto en lo sonoro como en lo intelectual, para dar forma a su concepto de lo que debe de ser una banda con pretensiones de ofrecer un producto de calidad, y con gancho para meterse al público en el bolsillo.

Después de asistir a un puñado de conciertos de Los Amebas en distintos locales de Palma de Mallorca, uno se convence de que su propuesta es exportable más allá del suelo insular. Y de que sus desenfadadas e inspiradas adaptaciones al castellano de clásicos, y sus cada vez más numerosos temas propios, merecen ser registrados y publicados en formato físico para el disfrute de sus fans presentes, y estamos seguros que pronto y en multitud, futuros.

Este disco, es una primera muestra de su potencial. Se han preocupado de grabar sin prisa, y de contar en la producción con Pablo Ochando, (La Granja), amigo y persona adecuada para ayudarles conseguir el sonido que perseguían. Dos versiones, (The Kinks y Smokey Robinson), y dos canciones de cosecha propia completan este enérgico Ep que no pierde fuelle ni por un segundo.

Pues sí, están uds ante algo así como “La Familia Trapisonda” de la escena musical mallorquina. Con todas sus virtudes y sus limitaciones al descubierto. El matrimonio Miró-Cabot da la cara y pone las voces, panderetas, (y orden hasta donde es posible en casa). Jose Miguel, encargado del bajo, es el diablillo al que no se puede perder de vista ni por un instante, sobre todo en directo. Esa farfisa que suena es por culpa de Mario, una enciclopedia viviente de la historia y la industria discográfica.
Jaume remata el sonido con su gran personalidad y sus amplios recursos guitarreros. Y en la retaguardia, encargándose de que todo salga a tempo, a los palillos y redobles, está Antonio.

Los Amebas cuidan mucho su imagen, y son celosos también de su sonido. No son unos imberbes, pero tienen más sangre que muchos jóvenes que pululan por ahí. Uds. tienen la última palabra.

Atentamente, Discos Polo.